Caleta El Membrillo
Relato histórico de la Caleta El Membrillo en Valparaíso
A los pies del Parque Alejo Barrios, en el suroeste de Valparaíso, se encuentra la Caleta El Membrillo, un enclave que condensa siglos de historia, cultura y tradición pesquera. Su origen se remonta a tiempos coloniales, cuando los primeros habitantes de la costa, los changos o uros, pueblos nómadas dedicados a la pesca y la caza de lobos marinos, utilizaban este sector como refugio y base para sus faenas. Estos indígenas recorrían el litoral desde el río Loa hasta el Aconcagua, estableciendo los cimientos de una relación ancestral con el mar que perdura hasta hoy
El nombre de la caleta proviene de las plantaciones de membrillos que adornaban las laderas cercanas, sirviendo de referencia a los pescadores y dando identidad al lugar. Aunque hoy ya no quedan rastros de estos árboles, su legado permanece en la toponimia y la memoria colectiva de la comunidad
Durante el siglo XIX, la caleta comenzó a consolidarse como asentamiento pesquero. En torno a 1870, tras la construcción de la Estación Barón y la expansión del ferrocarril, pescadores desplazados desde la antigua Caleta Cabriterías se establecieron definitivamente en El Membrillo. Este proceso fue facilitado por figuras como Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, quien cedió terrenos para la instalación de los pescadores y sus familias
La vida en la caleta no era fácil. Hasta fines del siglo XIX, los pescadores carecían de organización y protección social. Fue así como, en 1898, fundaron la Sociedad de Socorro Mutuo para apoyarse en casos de enfermedad o fallecimiento, y poco después, el Club Deportivo Caupolicán, que se convertiría en uno de los clubes de fútbol amateur más antiguos de Chile, reflejando la estrecha relación entre la vida marinera y la recreación comunitaria
El desarrollo urbano trajo consigo importantes transformaciones. Con la inauguración de la avenida Altamirano en 1930, el sector se llenó de fondas, quintas de recreo y, con el tiempo, restaurantes y tabernas que hoy son parte del atractivo turístico de la caleta. La llegada de nuevas familias de pescadores desde otras caletas desaparecidas, como Jaime y Cabriterías, consolidó la identidad y el tejido social del lugar
La Caleta El Membrillo es también escenario de festividades tradicionales que refuerzan su carácter comunitario y religioso. Cada 29 de junio se celebra la fiesta de San Pedro, patrono de los pescadores, con una procesión de embarcaciones decoradas que navegan entre El Membrillo y Portales. Además, en septiembre se realiza la Fogata del Pescador, donde la comunidad se reúne para compartir merluza frita y dar inicio a las fiestas patrias, y en febrero, la Fogata del Turista, que celebra la llegada de visitantes.
Hoy, la caleta sigue siendo un punto vital para la pesca artesanal, enfrentando los desafíos de la modernidad y la escasez de recursos marinos. Su gente, herederos de una tradición centenaria, mantiene viva la cultura del mar, la solidaridad y el orgullo de ser pescadores, haciendo de la Caleta El Membrillo un verdadero patrimonio cultural e histórico de Valparaíso
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